Al otro día nos levantamos temprano y tomamos un carro (6 soles) junto a nuestros amigos Ariel y Haiato el primero Argentino y el segundo Japonés, que habíamos conocido el día anterior, esperando el bus.
Después de alrededor de una hora llegamos a nuestro siguiente destino Santa Teresa, donde rápidamente y caminando, nos dirigimos a las hermosas termas de Cocalmayo, un verdadero paraíso. El lugar es un complejo muy parecido a un hotel de primera categoría donde tiramos la carpa (10 soles) y disfrutamos de sus cálidas aguas. Debido a que nos gusto mucho allí nos quedamos por un par de días, para desestresarnos un poco.
Después del merecido descanso y de quedar con los dedos arrugados de tanto bañarnos, amanecimos muy temprano, para emprender la caminata hacia nuestro próximo destino una central hidroeléctrica perdida en medio de la montaña (2 horas y media). Allí hicimos un pequeño descanso y continuamos por las vías del tren rumbo a Aguas Calientes (3 horas + de caminata). Este poblado sumamente preparado para recibir turismo, esta ubicado al pie de Machu Picchu.
Allí hicimos noche (25 soles la habitación) y al otro día muy temprano nos encaminamos para subir a las ruinas (1 hora y media).
De Machu Picchu nos llevamos un par de impresiones, una muy positiva y una muy negativa.
La primera es todo lo que concierne a Los Incas, lo increíble de este lugar, la espectacular arquitectura (estas ruinas han resistido a terremotos y al paso del tiempo), el inexplicable trabajo que esta antigua civilización llevo a cabo con las piedras, el lugar donde esta edificada la ciudad y toda la sabiduría que poseían. Esta gente sin tener universidades, ni colegios, sabia mucho sobre agricultura, arquitectura, clima y de como protegerse de quienes querían destruirlos, lamentablemente para ellos, los españoles tenían la pólvora.
Cuando contemplas esta pequeña pero gran ciudad de piedra, las interrogantes surgen en cada momento y muchas aún quedan sin responder.
Por otra parte, el aspecto que nosotros consideramos negativo y por el cual nos llevamos una doble impresión de este lugar, es la excesiva cantidad de turistas que visitan las ruinas a diario (miles), que junto con el elevado precio de la entrada (124 soles) pareciera que estas visitando un conocido parque de diversiones, perdiendo así toda la mencionada mística del lugar.
La mayoría de estos turistas llega al lugar en el costoso tren "PeruTrail" (a concesión de una empresa chilena) que los boletos van desde los 70 hasta los 350 dólares.
Si a esto súmas el precio que los restaurantes cobran por comer, que no los conocemos porque nosotros comíamos en el mercado por el módico precio de 6 soles cada uno. Este lugar también cuenta con carísimos hoteles y sino te animas a subir a pie hasta Machu Picchu, el traslado en bus cuesta 15 dólares.
Cabe destacar que los únicos accesos al pueblo de Aguas Calientes es por tren o caminado.
En este lugar la temporada alta perdura todo el año, en fin, es un gran circo preparado para el turista con dinero.
¿Los Incas, habrán imaginado que dejaban tremendo legado para quienes se enriquecen gracias a ellos?